jueves, 19 de junio de 2014

anna (parte 2)

A las 9 menos 10 ya estaba taquicárdico perdido; había encargado una pizza, pues no tenía las ganas ni la cabeza para cocinar.

Eras las 9... estaba súper nervioso en el sofá esperando que llegara, me había puesto un pantalón corto y mi camiseta de la selección Francesa, que ya empezaba a estar empapada por los nervios. De repente sonó el timbre, mi corazón dió un vuelco y me levanté corriendo a abrirle. Allí estaba ella, en la puerta con una sonrisa amplía y yo me había vuelto a quedar tonto mirando... Si por la tarde me quedé embobado, ahora mucho más, pues llevaba puesta una camiseta negra con un escote impresionante que le hacía unos pechos aún más grandes que antes, aunque lo que realmente me dejó alucinado fue la súper minifalda que llevaba, que no le tapaba más que lo justo. El conjunto lo terminaban unos zapatos de tacón que le hacían parecer mucho más mayor de lo que era.

Ella se rió y me volvió a repetir la misma pregunta:

-¿Sigue sin gustarte lo que ves?
-Qué va, más bien me encanta como vas vestida, pero tu madre dijo que no podíamos salir...
-Ya lo sé... 

Dicho esto me volvió a guiñar un ojo.

La cogí por la cintura y la atraje hacía mi, le dí 2 besos y la hice pasar. Ella iba delante meneando las caderas y yo iba detrás alucinado, pues la faldita se levantaba y me dejaba ver parte de sus nalgas. Llegamos al salón, nos sentamos juntos rozando pierna con pierna. Era increíble porque normalmente ya le hubiese entrado a aquella chica, pero no sabía por qué me estaba cortando.... ¿Tal vez me estuviera enamorando de aquella niña?

Comenzamos a hablar de tonterías, pero yo no separaba la vista de su generoso escote y ella lo notaba, pero en vez de enfadarse, hacía todo lo posible para mostrarme más sus pechos. En un impulso de lujuria, coloqué una mano en su pierna y le dije si quería cenar ya o seguíamos hablando. Ella puso su mano sobre su pecho y, prácticamente susurrando, me dijo que ella ya tenia su comida delante de la cara y tal cual lo dijo me besó. Fue un beso largo y muy apasionado, ya que los dos descargábamos toda la tensión sexual que hasta aquel momento se acumulaba. Después de ese primer beso todo fue mucho más rápido y yo empecé a espabilarme.

La cogi de la cintura y la senté en mis rodillas para seguir besándonos, nuestras lenguas se fundieron en un cálido beso y mis manos se dispararon, estaban como poseídas. Comencé a tocarla por todos lados y ni yo mismo me creía lo que hacía, bien estaba tocándole las tetas bien me encontraba sobándole su maravilloso culo,... 




Pero ella era una caja de sorpresas: cuando me decidí a ir mas allá y meter mis manos por debajo de su falda, me encontré con una grata sorpresa: sus nalgas estaban desnuditas, no habia braguitas (lo cual no es una sorpresa, pues ahora casi todas las niñas llevan tanga), así que seguí buscando ese tanga pero no lo encontré. Paré de mover mis manos y mi lengua, ella me miró y se rió; se levantó y dijo algo que nunca olvidaré: 

- He venido para dejarte seco. 

Y dicho esto comenzó a desnudarse... 

La sorpresa fue mayúscula, pues no traía nada de ropa interior. Yo tenía una erección que no se podía contener más en los pantalones que llevaba, así que ella me levantó y comenzó a besarme, despojándome poco a poco de toda la ropa, así que comenzamos a bailar los dos desnudos, juntando nuestras lenguas, acariciándonos cada centímetro de piel que encontrabamos a nuestro paso.

Ella me empujó violentamente contra el sofá y se colocó encima de mí con su sexo a la altura de mi boca y, con la voz más sensual que yo había escuchado, me dijo: 

- Anda, cariño... pásame la lengua por el clítoris...

Yo, que me moría de ganas de hacerlo, la agarré de sus nalgas y hundi mi lengua en su hermoso coñito... Acariciaba todo su coño con mi lengua, chupaba muy suavemente su clítoris para después soltarlo. Mientras, con mis manos acariciaba sus nalgas y acariciaba la parte de su coño que mi boca no llegaba a alcanzar. Mis manos se perdian en un sinfín de caricias en sus nalgas, así que me dispuse a probar algo y meti un dedo dentro de su vagina para humedecerlo... Muy lentamente, jugueteando con su anito, empecé a meterle el dedo y a sacárselo, notando cómo se dilataba centímetro a centímetro. Así estaba yo cuando ella gimiendo empezó a correrse en mi cara, yo estaba desconcentrado pues nunca había estado con una chica así! Ella se separó un poco de mi, los ojos le brillaban, se arrodilló y me dijo, 

- Joder, si follas tan bien como lo chupas, esto va a ser muy divertido...

Yo no me lo podia creer porque nunca había hecho algo así ni a mis antiguas novias, pero aquella niña me tenia loco. En eso estaba cuando senti que ella se subia al sillón y me susurraba...

- Ahora toca un poco de ejercicio cariño... - y me besaba.

La verdad es que esta niña era peor que yo, lo cual me encantaba. Empezó a subir y a bajar por mi polla, botando sin parar... la verdad es que la niña sabía follar y se notaba que le gustaba. Me estaba destrozando y si seguia así me iba a correr en nada, así que decidí bajar un poco el ritmo. Quería degustar más ese cuerpo juvenil (pues no sabía si lo iba a poder repetir) así que la agarré por las caderas y empecé yo a marcar el ritmo: más lento y suave, disfrutando más de la estrechez de su coñito, pero quería probar el agujerito con el que había estado jugando antes así que le saque mi polla de su coñito. Ella protestó, a lo cual tuve que pedirle que se pusiera a 4 patas, me miró y guiñándome un ojo me dijo,

- Pero dame un par de azotes, que eso me excita mucho...

Ya no habia duda, a la chica le gustaba follar, así que empecé muy suavemente a juguetear de nuevo con su anito, dilatándolo poco a poco, hasta que noté que mi polla entraba y salia sin dificultad. En ese momento, empecé ya con los azotes y, vaya si le gustaban! porque cada vez que le daba uno, gemía muy sensualmente,... lo cual me llevaba a mi a penetrarla más y más rápido, hasta que ya sin remedio me corri dentro de su culito.

Quedé exhausto y satisfecho, mi polla ya se empezaba a desinflar cuando ella me miró y me dijo, 

- Vaya...yo que quería probar este delicioso manjar... 

Mientras decía esto, me acariciaba la polla con un dedo y se lo llevaba a la boca para probar mi semen. 

- Y vas tu y te corres en mi culo... has sido muy malo, creo que voy a tener que castigarte por esto! Venga, vamos a tu cuarto...

Me besó y empezó a subir las escaleras meneando su culo y yo, ni corto ni perezoso, subi detrás de ella... 
Pero eso será parte de otro relato...



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