jueves, 3 de julio de 2014

al fin juntos (parte 3)

Comencé por acariciar sus piernas desnudas y besarla, mientras ella tímidamente ponía sus manos sobre mi pecho y cabello para acariciarme. Quería que aquello fuera perfecto, así que no iba a ir rápido pues sabia que ella, pese a todo, aún era una niña muy tímida.

Poco a poco mis manos iban recorriendo su cuerpo, ya las tenia puestas en su culito pequeñito y muy durito por el ejercicio (tal y como a mi me gustan), ella seguía inmóvil, dejándose querer como en toda nuestra relación; al final tendría que ser yo quien la animara a mover sus manos cogiendo su mano y llevándola al borde de mi camiseta para que me la quitara. La agarró con fuerza, con firmeza, como si ese último empujoncito que le acababa de dar yo fuera lo que necesitara para cumplir su fantasía de tenerme sólo para ella... Me quitó la camiseta con rapidez y desesperación para comenzar a besar mi torso desnudo, yo tenia mis manos debajo de la faldita, que si antes ya era pequeña, ahora no era más que un cinturón alrededor de su cintura, asi que busqué la cremallera para quitársela y que no nos estorbara. Mientras hacía esto, ella me desprendia botón a botón mi pantalón.

Conseguí liberarme de sus manos y comencé a quitarle lentamente la faldita por las piernas, mientras mi pantalón caia al suelo. Me deshice tanto de mi pantalón como de su falda lanzándolos lejos de nosotros. ella se habia puesto de rodillas acariciándome por encima del boxer, mientras yo habia comenzado a quitarle la camiseta lentamente... Saboreando ese momento, dejé libres sus pechos, pero segui hacia arriba. Ella me ayudó levantado sus brazos y justo cuando la camiseta tapaba su bello rostro, con mi mano la sujeté de sus muñecas, dejándola inmóvil y sin visión, ella se reía y decía que no era justo que la dejara asi, pero no le hice caso y comencé a besarle en los pechos.Era una caricia lenta como tantas veces le había descrito. Mis labios sobre su pecho, con mi lengua y mis dientes jugando con sus pezones, y le gustaba porque empezaba a jadear y a excitarse hasta que me suplicó que la dejara libre.

Le acabé por quitar la camiseta y la dejé desnuda, sólo con una pequeña tanga negra que apenas tapaba su sexo por delante, y por detrás era una fina tira que se perdía entre sus nalgas. Ella se sentó encima de mí a besarme y a frotar su sexo contra el mio, que ya tenia una erección considerable. Comenzó a bajar su lengua por mi cuerpo hasta llegar a la goma del boxer, el cual bajó con rapidez, como si aquello le molestara demasiado, y comenzó una de las mejores mamadas que me hayan hecho hasta el momento: su lengua se dedicó a lamer todo el tronco de mi pene mientras sus manos se dedicaban a acariciar mis testículos. Yo sólo podía concentrarme en aquellas caricias y en pensar en no correrme. Cuando se introdujo de un golpe todo mi miembro, sus dientes rozaban contra mi glande, lo cual me producía un intenso placer mezclado con sus caricias en mis testículos, y ella hizo algo que me sorprendió muchisimo: levantó su culito sin dejar de chupármela y empezó a bajarse el tanga con una de sus manos. Al final tuve que ayudarla yo mismo y, una vez que lo tuvo fuera, dejó de chupármela, y empezó a pajeármela con una mano:

- Toma, esto es uno de mis regalos para ti
Y me entregó su tanga.

Me quedé tonto en ese instante, pero ella me devolvió a la realidad cuando volvió a meterse mi pene en su boca. Yo no queria estar tanto tiempo sin hacer nada, asi que consegui levantarla y cogiéndola en brazos me dirigi hacia mi dormitorio y la tumbé en la cama, ella intentó volver a conseguir mi pene pero no le dejé. Me metí entre sus piernas para comenzar a devolver lo que me había hecho ella en el sofá, mi lengua se entretenia con sus labios vaginales, recorriéndolos de arriba abajo sin llegar a introducirse en su linda vagina, la cual carecia de ningún pelo que pudiera molestar. Mientras mis manos se entretenian con su clítoris, ella no paraba de gemir más y más. Cuando al fin me dispuse a introducir mi lengua dentro de ella, dio un bote en la cama y arqueó su espalda en señal de clara excitación y principio de un orgasmo, intentó cerrar sus piernas pero no le dejé: segui masajeando su clítoris mientras mi lengua salia una y otra vez de ella, produciéndole un placer inmenso.

Cambié mi lengua por dos de mis dedos dentro de su sexo, mientras mi lengua se encargaba de seguir acariciando su clítoris, lo chupaba y lo mordía mientras ella se retorcía de placer y no paraba de gemir. Un tercer dedo entró en su linda vagina, mientras mis dientes se aferraban suavemente a su clítoris y mi lengua jugaba con ál a un ritmo rápido y constante.

Yo ya no podia más, así que me subí en la cama y, de una rápida y precisa penetración, conseguí meter todo mi pene en ella; gritó como no había gritado en toda la noche. Empecé con un ritmo lento mientras nos besábamos para ir subiendo poco a poco los movimientos, su interior estaba caliente y se ceñía a mi pene como un guante... Los movimientos cada vez eran más rápidos y yo había cogido sus piernas y las tenia en mis hombros para que la penetración fuera más profunda y placentera para ambos, ninguno de los 2 paraba de gemir, habían sido muchos meses fantaseando con eso y ahora lo estábamos disfrutando.
Con un rápido movimiento, consegui ponerla a 4 patas encima de la cama y apunté mi pene duro y palpitante a su agujerito, que entró sin problemas mientras mis caderas no paraban de moverse adelante y atrás; en un momento recordé algo que habíamos hablado, así que saqué por completo mi polla de su sexo y lo apoyé en la entrada de su culito. Se estremeció, pero con una suave sonrisa y un "ahí tienes tu segundo regalo" procedí a penetrar lentamente su culito, virgen hasta ese momento.

Me costaba la penetración, pues estaba muy apretado, pero en un par de minutos tenia toda la polla dentro de su ano, mientras mis manos acariciaban sus pezones. Cuando podia mover mi pene en todo su ano sin dificultad, comenzó el último acto de nuestro primer polvo juntos, asi que me agarré de sus caderas y empecé a meter y sacar mi polla completamente, con penetraciones largas y rápidas mientras ella chillaba de placer.
Fueron menos de 5 minutos de intenso placer en el que ella llegó a un orgasmo brutal y continuó durante ese tiempo; yo estaba apunto de correrme, asi que le di la vuelta e hice lo que tantas y tantas veces había querido: correrme en sus maravillosas tetas. 

Fue una corrida abundante que consiguió bañar tanto sus dos tetas como parte de su carita. Me tumbé a su lado mientras nos besábamos y por fin, después de tanto tiempo habíamos conseguido lo que los 2 queriamos... una gran noche de sexo.

1 comentario:

  1. Muy buen ralato .....cada vez me gusta mas como escribes .....besitoss..

    labiosderuby

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